El 1 de enero de 2025 entraron en vigor las modificaciones realizadas por la Secretaría de Medio Ambiente federal mexicana (SEMARNAT) a la Norma Oficial Mexicana NOM-044-SEMARNAT-2017, eliminando la prórroga para la expedición de certificados adicionales para la producción e importación de vehículos pesados con tecnología Euro V y EPA 07.
A partir de esa fecha, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) ya no podrá emitir certificados para la producción e importación de vehículos y motores con estas tecnologías, con el objetivo de reducir las emisiones contaminantes.
Estas tecnologías fueron implementadas para motores de vehículos de autotransporte y se mantuvieron vigentes hasta 2021. En ese momento, la entrada en operación de la norma se pospuso, permitiendo la coexistencia de los estándares Euro V y EPA 07 con los Euro VI y EPA 2010. Posteriormente, en 2023, una resolución judicial obligó a la SEMARNAT a cumplir con los plazos originalmente estipulados.
La NOM-044-SEMARNAT-2017 establece los límites máximos permisibles de emisión de contaminantes como:
Estos contaminantes provienen del escape de motores nuevos que utilizan diésel como combustible y son los principales responsables del cambio climático. La norma aplica para vehículos con peso bruto vehicular superior a 3,857 kilogramos.
A nivel global, se han desarrollado tecnologías para cumplir con los requisitos de reducción de emisiones contaminantes de motores diésel. Las certificaciones más utilizadas fueron establecidas por:
La norma Euro VI, que será aceptada a partir de 2025, establece límites más estrictos para las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas en suspensión (PM). Sus principales mejoras incluyen:
En cuanto a las certificaciones EPA, la principal diferencia entre la norma EPA 2007 y la EPA 2010 es que esta última estableció un límite más estricto en la regulación de emisiones de escape para motores diésel.
Estas modificaciones buscan reducir la huella ambiental y promover el uso de tecnologías más limpias en el transporte pesado.
En los últimos meses, representantes de la industria de vehículos pesados solicitaron a la SEMARNAT que mantuviera vigentes las tecnologías Euro V y EPA 2007 para que puedan coexistir con las más avanzadas Euro VI y EPA 2010, al menos hasta que haya suficiente disponibilidad de Diésel Ultra Bajo Azufre (DUBA) en México.
La Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) ha señalado que implementar tecnologías más avanzadas sin garantizar el acceso al DUBA podría ser contraproducente. Si se utiliza diésel de menor calidad, los motores diseñados para funcionar con combustibles más limpios podrían sufrir daños mecánicos y perder eficiencia, incumpliendo así el objetivo de reducir las emisiones contaminantes.
Guillermo Rosales Zárate, presidente ejecutivo de la AMDA, advirtió que esta transición también podría tener un impacto económico significativo tanto para los transportistas como para los clientes de los distribuidores. Además, podría generar un efecto negativo al desalentar la renovación de flotas, ya que los transportistas podrían preferir seguir utilizando vehículos con tecnologías Euro V y EPA 2007, que ya representan una mejora frente a generaciones anteriores.
Aunque se esperaba que el DUBA estuviera disponible en todo el territorio nacional desde 2019, su cobertura sigue siendo insuficiente. Actualmente, su distribución es más amplia en regiones urbanas e industriales del norte y centro del país, mientras que en otras áreas sigue siendo limitada.
Entre los principales desafíos que enfrenta México para garantizar el acceso a este combustible se encuentran
Según datos oficiales, en septiembre de 2024 México produjo aproximadamente 79.43 mil barriles diarios de DUBA, lo que representa una caída del 20.5% en comparación con el año anterior. Para cubrir la demanda interna, el país importa entre 234 y 297 mil barriles diarios de este combustible.
La implementación de la NOM-044-SEMARNAT-2017 enfrenta importantes desafíos, principalmente debido a la disponibilidad limitada de DUBA y los costos asociados a la modernización de flotas. Aunque la norma busca reducir las emisiones contaminantes, su éxito dependerá de la capacidad del país para superar las barreras logísticas, económicas y técnicas, asegurando así una transición efectiva hacia tecnologías más limpias.
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